APOLONIA VALERO

“Me siento orgullosa de mí misma, de mi trabajo y de mi gente.”

Soy Apolonia Valero González, nací en 1970 y vivo en Rincón Toningo desde hace 35 años. Me dedico a mi familia o voy a trabajar: a cortar caña, a buscar leña o a sembrar o recoger chicharos, a trabajar con una moruna, a sembrar árboles con mis hijos o ahora que es temporada de mangos voy a buscar mangos.

Durante 12 años trabajé en un invernadero, plantando hortalizas. También vendí verduras. Hace unos cuatro años comencé a cultivar plantas de café. Ahora tengo un horno de pan, así que hago pan y pasteles y los vendo. Quiero experimentar y hacer pasteles con la cascarilla de café. Mis hijos me preguntaban si no me daría vergüenza salir a vender pan, café o tomates, pero siempre les digo que es un trabajo digno, algo de lo que estar orgulloso. Siempre he trabajado duro en el campo, desde pequeña. Mi padre murió cuando yo estaba por cumplir siete años, por lo que sólo quedamos mi madre, mis dos hermanos y yo. Mis hermanos se casaron, entonces comencé a trabajar en el campo con mi mamá para mantenernos.

Durante cuatro años trabajé vendiendo desayunos en las escuelas: en el jardín de niños, primaria y secundaria. Me levantaba a las tres de la mañana para preparar las tortillas en casa y los desayunos para vender e irme. Por la tarde regresaba y preparaba el pan para venderlo por la noche. Pero hoy en día ya casi no puedo ver, me dijeron que me afectó preparar el pan en el horno y luego salir a venderlo, entonces no veo muy bien para leer los periódicos, necesito lentes. Ahora me levanto a las tres o cuatro de la mañana para preparar las tortillas y a las seis ya termino, tengo todo el día libre. Me gusta mucho trabajar en el campo porque planto. Tengo manzanas, ciruelas y palitos de nanche que recolecto y vendo.

Hace aproximadamente 20 años mi esposo se unió a la cooperativa, inicialmente eran entre 20 y 25 personas las que formaban la cooperativa, pero a mi esposo no le gustó porque “era mucho trabajo” y se fue. No quiso continuar. Solía hacer café para mi propio consumo. Hace cinco años hice un quintal extra y se lo vendí a Don Marce, el representante de la cooperativa, y le gustó. Después me dijo que limpié muy bien mi café y que debería procesar más ese año, para que me lo volviera a comprar. Entonces a ese señor le gustó mucho mi café y fue así como hace tres años le vendí ocho quintales de mi café. Gracias a eso tengo mi techo, con eso hice mi casa. Estoy trabajando con mis hijos. Son ocho mis hijos y cuatro de ellos son los que más me ayudan a recoger el café cuando está seco y a limpiarlo. Cuando llega el momento de cortar, todos vamos a cortar. También tengo diez nietos.

Mucha gente dice que es un trabajo muy agotador, no sé si lo es o no porque me gustaba trabajar en él y gracias a eso tengo el café que hago. Sí, es trabajo; A veces pasamos ocho o diez horas limpiando el café. Como mujer productora me da mucho gusto saber que mi café ya está vendido. Estoy muy feliz. Me gustaría invitar a más personas a sumarse a esto, es un trabajo muy bonito, porque se aprenden muchas cosas. No tengo tanto conocimiento como otros productores, pero estoy muy feliz de haber llegado a este punto en tan poco tiempo. Mis hijos también me dicen que este año podemos preparar todo el café en honey, porque ellos también están muy contentos con los puntajes.

Información
del café

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1ha

San Roman
Mundo Novo
Caturra

Honey

1250m

Reconocimientos

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